08 abril 2014

Sorpresas

Las cosas tienden a perderse en las grandes lagunas mentales que hay en mi cabeza.

A veces sólo quiero un día normal, una semana, un mes (no se sí más), quiero todo aquello que mis ganas se llevan reprimiendo por mucho tiempo.

Salir del trabajo y no tener preocupaciones, "tengo la tarde libre (como todas mis tardes), hoy voy a ir al cine", "quiero salir con mis amigas como en un 2008 lejano", "aquel va a venir por mi y vamos a caminar", "voy a tomar fotos de larga exposición".
Mi mama me dijo que si me cortaba el pelo muy corto se me iba a desaparecer toda la creatividad que tengo, pero lo que realmente pasó es que mi quietud se alborotó y de la nada me surgieron miles de ideas, cosas que quiero hacer por mi, para mi.
No es que no se pueda, es que no se debe.
No es que no se deba, es que no existe.
No es que no exista, es que no hay tiempo.

No hay dinero.
No hay expectativa.
No hay nada que hacer.
No hay sorpresas.
No hay.

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