27 enero 2013

Cuando de confesar se trata...

...soy de las que se maravilla y hace fiesta por cosas insignificantes,
como descubrir nueva música,
o admirar un atardecer que cauteriza las pupilas.

...soy de las que sonríe, porque mantiene en forma mi
mente y corazón, un ejercicio por excelencia infalible.

...soy de las que disfruta manejar, no importando si hay
mucho tráfico o si las calles están vacías; sentir ese ir y venir
de la velocidad bajo mis pies con la música favorita rebozando
sus notas en las bocinas del carro.

...soy de las que no necesita grandes cosas para entretenerse;
un buen libro, chocolate caliente, chamarras y mi rinconcito pueden
secuestrarme por horas.

Y por muy extraño que parezca, soy de las que pueden ser más melosas que la melcocha.

...soy de las que tiene una personalidad revoltosa, en un minuto te abraza
y al siguiente te quiere lejos.

...soy de las que cree 100% en su intuición femenina como su mano derecha,
le soy fiel a sus instintos y en ningún momento la dejo de escuchar.

...soy de las que crea muros entre su corazón y los que intenten acercarse a él,
sin permitir que sea lastimado, que sea engañado.

...soy de las que ya no se creen miles de historias que son inventadas para ganarse
mi confianza, mi afecto, mi ser; de las que no permiten que le vean la cara
de pendeja, no, no, no!


...se distinguir entre irme y quedarme, y esta vez opte por marcharme, alejarme; donde caben dos...solo hay espacio para dos, y ya entendí que mi lugar no es allí.

08 enero 2013

La prefiero compartida

El poder que tienen las calles de la zona 1 a esta hora para remover mi corazón y sacudir mi cabeza. Son las 6:05 am y este recorrido se esta volviendo una buena costumbre. Mi segundo hogar le digo yo, porque me ha visto crecer.

La luz pública amarillenta que le da un color muy para ella, un color de olvido, de vejez, de guarda secretos; quién sabe cuantas cuadras o kilómetros he recorrido con estos mismos pies y piernas, cuántas paredes han de saber mis historias que de repente salían de mi boca en forma de susurro para que sólo mi cabeza las pudiera escuchar.

Creo que me ha visto más triste que feliz, sin ser hoy la excepción.

Las calles sucias de la 9na, los olores fuertes que sólo con un respiro llegan hasta el cerebro pinchándolo, sus parques oscuros donde muchas parejas se juran amor eterno o donde los patojos se dejan llevar por sustancias estimulantes, la gente que nunca duerme, el vendedor de periódicos de la 12 calle, el imponente parque centenario que muchas veces y siempre me da un lugar cómodo y miles de historias para imaginar. Sus casas con los diseños que me enamoraron, las luces en el techo del edificio del centro (ahí viviré algún día me repito constantemente), el relajo de la 18 calle, las hamburguesas de la Ave. Elena, el edificio El Gastón que se lleva mis mejores recuerdos.

Esta zona 1 tan mía y tan de todos, tan mía que alberga mis más íntimos secretos, tan de todos que no me molesta porque a ella la prefiero compartida.

04 enero 2013

A medias

Estar despierta y sentir que estoy dormida,
Nadar y no tocar el agua,
Soñar contigo sin tu soledad,
Caminar sin rumbo encontrándome siempre con algo,
Hacer silencio con mi boca a punto de estallar,
Comprar un boleto aéreo con diez escalas,
Tener un dulce y no comérmelo,
Subirme a una hamaca y no balancearme,
Leer un libro sin terminarlo,
Comer lasagna en lugar de pizza sabiendo que mi favorito es el segundo,
Ganar un premio y no disfrutarlo,


Querer vivir y estar encerrada.