20 noviembre 2016

Con los ojos cristalizados

Ayer en un concierto vi a una familia sentada en una mesa escuchando atentamente al grupo que estaba tocando. Una de las integrantes de la banda tocaba el saxofón. La familia estaba cerca del escenario, por lo que podían disfrutar detalladamente del concierto. La mamá, sentada a la par de su hija más pequeña, estaba fascinada con la habilidad de la saxofonista, tanto que se veía cómo le hablaba a su hija y le señalaba el saxofón. Se veía cómo le contagiaba la emoción.

Podía imaginar esa plática entre las dos "ya viste mija qué pilas esa muchacha, deberías aprender tu también. Me gustaría verte tocar un instrumento. Cuando termine el concierto le vas a hablar a la chica y le preguntas si te puede dar clases".

Luego la señora se levantó a tomarle video a la banda, tomaba fotos, sonreía muy emocionada y hasta movía su cabeza y cuerpo al ritmo de la música.

Desde lejos veía esa imagen con los ojos cristalizados por mis lágrimas pensando y recordando a mi mamá. Recordando esos momentos en los que emocionada me decía que debía meterme a clases de guitarra, o de manualidades, o de pintura. Cuando de chiquita me llevaba al ballet y de grande se iba conmigo a las giras del coro. Y antes de partir al paraíso me acompaño en mi primera exposición de fotos.

Empieza la época más difícil del año y con momentos como estos mi corazón se arruga y se decide preparar para lo que viene con el fin de año.

Te extraño musha, te extraño tanto.

25 marzo 2016

Desde que nací

Hay muchas cosas que llevo en mi corazón desde el 2005, bueno, desde que estuve en el vientre de mi madre mejor dicho.

En un taller que recibí hace un par de años, decían que lo que uno experimenta en el vientre de la madre hasta los primeros 2 años de vida es lo que va a marcar mi forma de ser, mi comportamiento, mis sentimientos y mis decisiones.

Muchas de las cosas que hacía de niña hasta adolescente no las entendía, mi mamá siempre me decía que tenía que hacer algo al respecto, para mejorar mis relaciones interpersonales y familiares. Sentía cierta apatía con personas de mi familia, y me costaba encontrarle la respuesta del porqué.

No fue sino hasta que tuve una plática sincera y muy linda con mi mamá, que entendí el porqué de mi situación, de nuestra situación... había algo más fuerte que nos unía y que muchas veces con una sola mirada entendíamos como nos sentíamos.

Desde el 2005 hay muchas cosas que mi corazón ha guardado, por miedo a lo que sucederá o simplemente por no querer entrar en un conflicto infinito. Decidí acudir a una sicóloga para que me ayudara y diera herramientas para lograr cerrar ese círculo ya que no quería enfrentar a la persona cara a cara porque conociendo mi carácter, las cosas podían salir mal.

Una de las propuestas que me hizo, fue escribir una carta a esa persona y decirle absolutamente toooooooooooooooooooooooodo lo que pensaba y lo que me hacía sentir, todo el daño que me había echo a mi y a mi familia, etc.; en resumidas cuentas, desahogarme.

Esa carta empezó a redactarse desde diciembre 2014 y a la fecha no la he podido entregar, especialmente porque este año que pasó se puso más densa y más cruda. Espero que pronto llegue el día.

Dicen que Dios no le pone a uno cargas que no pueda superar, y yo solamente le pido que me de las fuerzas para poder llevar este dolor, este enojo, frustración y decepción de la mejor forma, y agradecerle a mi madrecita en el cielo por darme un ejemplo inmenso de cómo lo hacía ella y seguir sus pasos y que se sienta orgullosa de mi.

13 noviembre 2014

De a poquitos te me vas

Desde el 28 de agosto te me vas, no, desde el 2012 te me vas; mejor dicho desde que tengo conocimiento de que existís.

Debería de acostumbrarme o hacer algo para no quejarme, 
para quitarme esta melancolía que surge cada vez que me recuerdo
o que das un paso más cerca de tu sueño, de tu meta.

De a poquitos te me vas.

Todos los días son normales como que si nada este sucediendo,
pero siempre surge una nueva noticia,

"¿cuándo es el viaje?...uufff faltan 10 meses" (pero si, voy contando los meses)
"¿a dónde te vas?.....ah si?.....hoy te dijeron cuales, que alegre!"
"¿quién más sabe?....esta bien, solo los cercanos lo sabremos"
"¿cuándo regresas?"
"¿ya le dijiste a tus viejos?"
"¿que tenes que comprar?"

"¿qué vamos a hacer?"




"¿me vas a extrañar?"





Y no es que no me alegre, al contrario, me encantaría estar en la misma posición, llena de bendiciones y cumplir mis sueños, comparto la felicidad, lloro de lo orgullosa, y al mismo tiempo
me da miedo y ansiedad y nerviosismo como todo va lento y a la hora de la hora ni voy a sentir.

A veces siento que no estoy preparada, y que no seré lo suficientemente fuerte para poder responder como debería de ser.

Te me vas, de a poquitos, pero te me vas.

09 septiembre 2014

De noche

Salí tarde de la oficina, a las 9 ya no hay tráfico en las calles y la soledad de tránsito me susurra en el oído "vamos, pasa por un cigarro, no te hará daño"; pero no, pongo mi iPod y sigo escuchando Drexler, ha sido mi playlist de la semana, y me empieza a entrar esa melancolía, esa tristeza y derramo las primeras lágrimas desde el día de la noticia. 

Es cierto que falta tanto pero cuando manejo sola tengo tiempo de sobra para pensar y siempre pienso en eso, en lo que sucederá, que haré, y así me inundo de preguntas y si, me pongo triste, no lo puedo evitar.

Siempre sufre más el que se queda.

02 septiembre 2014

Un año

La semana pasada llegó la noticia, empezó a sonar el teléfono durante horas laborales y lo primero que pensé fue "so it begins" (así como Théoden dice cuando los orcos estan a punto de atacar el Abismo de Helm).  Esa escena siempre me quedó grabada en la mente, la calma antes de la tormenta, y pensé que cuando algo grande sucediera en mi vida así me iba a sentir.

Todavía falta mucho para que suceda la noticia que llego con esa llamada, un año para ser exactos, no pude sacar mis sentimientos como debería, a lo mejor porque se que es una noticia muy positiva y que beneficia en gran cantidad a la otra persona. Quiero mantener mi cabeza libre de cualquier recuerdo que llegue con este proceso.

Yo se y entiendo que ya pase por esto una vez, pero también quiero tener en mente que por mucho que las situaciones se parezcan, no necesariamente tienen que tener el mismo final, por lo que decidí mantenerme tranquila y tratar, aunque sea difícil, de vivir el momento presente, vivir día a día y esperar a que llegué el momento.