03 diciembre 2012

Entre desvelos

Están mis sábanas espectadoras esperando mi locura de la noche,
mis almohadas resignadas a que nuevamente mi cabeza no descansará junto a ellas,
mi lámpara decepcionada por tener turno nocturno nuevamente,
y mi cuaderno a rayas extasiado porque hoy escribiré en el.

Donde inician mis ideas y pensamientos a revolotear como que si no hay mañana,
juzgando y cuestionando cada palabra que se atraviesa por ella,
suena Over My Head de The Fray justamente para aclimatar mis letras,
así de bien me conoce mi biblioteca musical, tan bien que asusta.
Me pregunto si habrá alguien que esté haciendo justamente lo mismo que yo,
inspirándose en sus pasiones y disfrutándolo; veo el reloj y son las 3:09 am,

rayos!
                                                                                      ¿porqué no estas acá?

Mis dedos inquietos escupen palabras por doquier, frases, pensamientos,
verdades, deseos, emociones, y mi mente en forma de embudo tratando
de expulsar todo lo que tengo dentro.
Me tiendo en la cama, viendo el techo, de madera por supuesto,
que expulsa mi aroma favorito,
de repente encuentro mi mente vagando con música de Fito Paez,
se me dibuja una sonrisa en mis labios,
y regreso a escribir.

Me cuestiono si todo lo que estoy haciendo es lo más correcto,
hacer sonar tu ringtone para mantenerme cerca de ti,
o tener una percha de ropa sin doblar,
el flirteo constante que sigue navegando en mi cabeza aunque no estés a mi lado,
la constante pelea entre el bien y el mal que reina en mi cerebro y es de nunca acabar.

Hoy apareció un carro fuera de mi casa
y tuve una sensación de familiaridad, de querer gritar,
de cantar canciones de Draco a todo pulmón,
aquella mezcolanza de sentimientos y sin saber que hacer con ellos,
caminé, lo pensé, levanté la mirada, y el cielo anaranjoso
me recordaba de la repentina libertad que tenía,
de poder finalmente decidir que voy a comer hoy, por donde manejaré,
que música escucharé, a donde iré a vagar al final del día,
que café nuevo conoceré, que letras leeré, a quién abrazaré, a quién besare,
si te veo o no, si te hablo o no,
ir por una cerveza  a mi lugar favorito,
y todo lo que me sigue sorprendiendo.

Cuando el silencio inunda mis paredes
y el desvelo desgasta mis párpados,
es cuando veo la realidad,
y me veo en el mejor lugar del mundo.

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