Con las agallas en la mano y no hacer algo al respecto.
Con el corazón acelerado y sin formas de tranquilizarlo.
Con las ilusiones a flor de piel y sin alimento para cumplirlas.
Con la cama preparada y sin sueño para aprovecharla.
Con miles de consejos respecto al tema y no aplicarlos a mis días.
Con mis bolsillos vacíos,
con mi paz perturbada,
con mi nariz fría,
con taquicardia,
con un nudo en el alma.