Abro mis ojos, los vuelvo a cerrar...los recuerdos siguen ahí.
Aquellos momentos que me mantienen en un constante recuerdo
de la presencia de varias personas,
una persona... ese instante.
El reloj no me permite avanzar, podemos ser realmente felices
no me digas que no, como ese fin de semana, el 16 de diciembre.....recuerdas?
Recorrimos las calles sin parar, bailamos, tu allá...y yo de este lado
bailando separados y juntos....tu mirada y la mia, eran las 2, 3 y 4 de la madrugada
nada nos detiene; ese vaivén de locuras interminables.
Cada quien toma su rumbo, pero nosotros no;
siempre coincidimos, nos encontramos, nos juntamos,
nos alejamos.....pero al final de la madrugada los únicos que
permanecemos de pie somos nosotros.
Te miento, tu también a mi...nuestras vidas desnudas,
conozco tus debilidades, tus fortalezas, tus sentimientos...¿que?
¿creías que lo tenías todo controlado? Ja!
lo impredecible es lo mas obvio y sin mentirte, te encanta
ser impredecible.......no creas que no te conozco.
¿Y ahora?
Entre el bien y el mal, te pierdes.....te vas y no regresas;
te ocupas y disfrazas los sentimientos con reuniones,
con música, con problemas existenciales inventados, excusas
esas excusas de las que te aferras para desequilibrar tu pequeño espacio,
a mi no me engañas, se que cada día al regresar a tu casa
te golpeas el pecho descifrando donde estuvo el error,
me sueñas,
me respiras,
me buscas,
...aquí estoy, quemando el tiempo, los recuerdos, las voces, los aromas, las texturas; quemando y repasando cada segundo, quemando lo que sucedió.........
porque muchas veces quemar, quemarte; es lo más cercano que tengo de la vida conmigo.